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Wednesday, October 26, 2011

América Latina: más mujeres tienen empleo pero no facilidades para balancear demandas del hogar

NUEVA YORK, 24 de octubre de 2011 –Adela Maldonado, de 42 años, corta papas y muslos de pollo en tiritas tan delgadas como sus hábiles dedos mientras prepara un enorme guiso para cientos de niños –incluyendo a su hija-, en una escuela de un pequeño poblado a las afueras de Barranquilla, Colombia. Mientras tanto, a unos 1.000 km de distancia, Lina María Castaño, de 30, manda un mensaje de correo electrónico desde su BlackBerry al director ejecutivo de una las empresas más importantes de Colombia, inmediatamente después su pulgar aprieta el botón de llamadas para hacer los arreglos necesarios para recoger a su hija de cinco en la escuela.
Separadas físicamente por la abrupta geografía del vasto territorio colombiano y por su formación profesional —una es cocinera, la otra Vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá— las dos mujeres comparten su pertenencia a una nueva generación de mujeres trabajadoras que se han beneficiado de años de progreso en términos de acortar la brecha de género de América Latina. También comparten la lucha por equilibrar trabajo y vida familiar.

En décadas recientes, las mujeres de la región han avanzado a pasos agigantados en cuanto a participación laboral, acceso a la educación y salud, superando incluso a los hombres en muchos indicadores y posicionándose muy por encima de otras regiones en el mundo, según indica un nuevo informe sobre género en
América Latina. Al mismo tiempo —indica el informe—, enfrentan nuevos desafíos a la hora de progresar de la mano como madres y como mujeres trabajadoras.

Trabajo y familia: mujeres de América Latina y el Caribe en busca de un nuevo equilibrio (i) indica que más de 70 millones de mujeres ingresaron al mercado laboral regional desde 1980, marcando un crecimiento sin precedentes de la participación femenina en el mercado laboral. Hace tres décadas, solo el 36 por ciento de las mujeres en edad de trabajar formaban parte del mercado laboral. Desde entonces, la participación femenina en ALC creció más rápido que en cualquier otra región del mundo. Estos resultados están estrechamente relacionados con el hecho que las mujeres han alcanzado enormes éxitos educativos, superando a los hombres en un número de indicadores. Hoy en día es más probable que las jóvenes cursen la escuela secundaria o la educación superior que los varones, y también tienen más probabilidades de terminar ambas.

Sin embargo, a medida que la brecha entre ambos se cierra, surgen nuevos desafíos, indica el informe. La primera generación de políticas de género abordó las disparidades, asegurando un acceso igualitario a los servicios, desde la educación a la salud. Sin embargo, se necesita un nuevo conjunto de políticas para ayudar a las mujeres a balancear las demandas impuestas por el trabajo y la vida familiar, dicen los expertos.
Adela Maldonado, cocinera en la Fundación Kokoro“Curiosamente, estos avances en la agenda de género implican nuevos desafíos para los diseñadores de políticas, particularmente la demanda de flexibilidad no satisfecha por parte de aquellas mujeres que intentan equilibrar su vida laboral y familiar,” dijo la autora del informe, la economista del Banco Mundial Laura Chioda. “Ya sea la prestación de servicios de guardería o la formalización de arreglos de
tiempo parcial en el mercado laboral, las políticas que permiten una mayor flexibilidad
en el trabajo han demostrado que sirven para mejorar la calidad de la participación femenina en la fuerza laboral,” dijo Chioda.

Para Lina María, la solución fue un cronograma de trabajo flexible que le permite pasar más tiempo con su hija. Adela, por otro lado, ha tenido la suerte de conseguir un trabajo en la escuela de su hijo, por lo que puede atender su papel como madre y proveedor al mismo tiempo. Pero estos arreglos son informales y no establecidos, por lo que dejan afuera a un buen número de mujeres que deben hacer malabarismos para atender las demandas de su vida profesional y familiar, ya sea haciendo sacrificios como aceptar un menor sueldo o trabajar en el mercado informal.

La evidencia que aparece en el informe apunta a que las mujeres de América Latina se enfrentan a un desafío cada vez más complejo que incluye balancear diferentes papeles, identidades y aspiraciones. Muchas ven el ingreso al mercado laboral como una oportunidad de hacer carrera en lugar de una simple fuente de ingreso —algo que no necesariamente implica abandonar su deseo de casarse, tener hijos y una familia.

Estos temas deben convertirse en el centro de atención a la hora de diseñar políticas, sostiene el informe.

“Una legislación que reconozca las presiones sobre la maternidad y en general sobre la disponibilidad de tiempo en los hogares puede derivar en importantes resultados al permitirles a las mujeres cumplir con su identidad como mujeres y trabajadoras, elevando la calidad de su participación económica, aumentando de esa manera su bienestar, así como el del hogar como un todo,” indicó Chioda.
Video: La mujer latina del siglo XXI: hacia la conciliación entre familia y trabajo

La mayor participación profesional de las mujeres en una sociedad también deriva en una mayor participación en la política formal —incluyendo puestos de alto rango. La participación de las mujeres en las bancas parlamentarias de América Latina actualmente llega a 24 por ciento, la más alta del mundo y marginalmente por encima de los países de alto ingreso de la OCDE (23 por ciento).

Mientras que la participación de las mujeres en el sistema legislativo está aumentando, su distribución sigue siendo desigual de acuerdo al país: alrededor de 10 por ciento en Belice, Panamá, Brasil y Surinam, pero más de 30 por ciento en Argentina, Costa Rica, Ecuador y Guyana.

“Las mujeres latinoamericanas han avanzado mucho en poco tiempo, con un mayor acceso a la salud, educación y empleo,” dijo la Secretaria General Adjunta de la ONU y Directora Ejecutiva de ONU Mujer, Michelle Bachelet. “Ahora debemos consolidar los logros y reducir las desigualdades, abordar la doble carga del trabajo no remunerado en las mujeres, y aumentar la participación política y el liderazgo de las mujeres. La ONU Mujer está comprometida con esto.” Bachelet fue Presidente de Chile de 2006 a 2010.

El informe insta a evitar conclusiones y miradas simplistas respecto a los temas de género en América Latina, llamando a una mejor comprensión de los procesos de toma de decisiones por parte de las mujeres para mejorar el diseño y eficacia de las políticas.

“En vista de los impresionantes logros regionales en las últimas cuatro décadas, sería tentador poder concluir que estos avances en acceso se traducen de manera mecánica en avances en el mercado laboral, o que a partir de esta tendencia podemos inferir sin equivocaciones un mejor bienestar,” indica el informe.

Los legisladores deben asegurarse de que la próxima vez, mujeres como Adela y Lina María no quedan a la suerte de las circunstancias para conseguir el sueño de tener un buen trabajo y felicidad familiar.

Reporte
Video

Work and Family: Latin America and the Caribbean Women in Search of a New Balance

NEW YORK, Oct. 25, 2011 – In many respects, the gender gap in Latin America and the Caribbean (LAC) has been closed. Today, women in the region outnumber men in schools and universities. Since 1980, nearly 70 million women have joined the labor market ensuring that more women now work outside the home than not and that the percentage of single working women is as high as that of single men.

“The region is making important strides towards broader social equity with significant progress in poverty reduction. We are also witnessing a reduction in gender disparities,” said Pamela Cox, World Bank Vice President for Latin America and the Caribbean.  “We are glad to see that the focus on improving women’s status is paying off.”

According to the new study, Work and Family: Latin American and Caribbean Women in Search of a New Balance, maternal mortality rates have been declining continuously in the region since the 1980s. In fact, those countries previously most affected have seen the most progress, with mortality rates dropping by 40 percent in the Caribbean and 70 percent in the Andean region. Latin American fertility rates are now as low as those of industrialized nations.

With the exception of indigenous populations, girls now outperform boys in education, according to the study launched today at UN Women headquarters in New York. Female enrollment rates from primary to tertiary education have increased to the point of closing or even reversing the gender gap. In the labor market, such gap has narrowed faster than in any other region in the developing world. In most LAC countries, the rate of women working has at least doubled since the 1960s, and has tripled in Brazil.

This expanded professional engagement of women in Latin American society has also translated into higher participation in formal politics, with the share of parliamentary seats held by women in the region at nearly 24 percent, the highest among all regions of the world.

The dramatic increase in working women has brought a level of financial and social equality between men and women unimaginable decades ago. Yet increased access to work and financial independence don’t automatically translate into improved wellbeing. The new study, cautions against such simplistic conclusions, and urges a nuanced understanding of differences that remain and that require a new approach to gender issues.

“Latin American women have come a long way in a relatively short time, with increased access to health, education and employment,” said UN Under-Secretary-General and UN Women Executive Director Michelle Bachelet during the launch. “Now we need to consolidate gains and reduce inequities, address the double burden of women’s unpaid work, and increase women’s political participation and leadership. To this, UN Women is committed.” Bachelet was President of Chile from 2006 to 2010.

The quest to achieve work-life balance reflects the tension commonly known as “mothers’ guilt.” In Latin America and the Caribbean, men and women tend to still believe that young children are likely to suffer if their mothers work. However, more and more women and men in the region also believe that women’s identity extends beyond their role as a housewife. This apparent contradiction represents the tensions between the roles and identities women now seek to reconcile.

As discussed in the report, in some cases, household dynamics can yield efficient allocations of resources, with both spouses gaining from cooperation. In others, household interactions may be far less efficient leading to destructive outcomes, including extreme instances of domestic violence. Understanding the conditions that affect bargaining positions is therefore crucial in today’s reality.
Household interactions are seldom exploited in the design of policy. Notable exception are conditional cash transfer programs, pioneered in Latin America, which favor women as the recipients of small stipends given in exchange for keeping children in school and getting regular medical checkups. These programs are designed on the presumption that money in the hands of women is spent differently and benefits children more.

“Gender policy in the region is at a crucial juncture,” said World Bank Chief Economist for Latin America and the Caribbean, Augusto de la Torre. “The evidence and analysis presented in this study indicate that women in the region are increasingly facing the complex challenge of balancing different roles, identities, and aspirations. These complexities have to be brought to the center stage of policy design, with a greater emphasis on equity than equality.”

The study documents, for instance, women’s demands for greater flexibility. Today, unfortunately, formal labor market institutions are still woefully insensitive to these needs leaving women in the region resorting to informal employment -- trading basic labor protections and career advancement for the job flexibility that facilitates balancing family responsibilities.

This puts a premium on policies that help women find a balance among competing demands-- through labor contracts that allow flexible leave and part-time arrangements, or regulation that better protect informal unions. Legislation that acknowledges the pressures of motherhood in today’s world can generate important returns by enabling women to fulfill their identities as mothers and workers, raising the quality of their economic participation, increasing their well-being, and that of the entire household.


Press Release No:2012/123/LAC.World Bank Study, Launched with the Participation of UN Women Executive Director Michelle Bachelet, Sheds Light on Responses to a New Gender Reality