Friday, December 16, 2011

Vulnerabilidad económica externa, protección social y pobreza en América Latina

Una vez superada la difícil situación económica que durante la década de los años ochenta del siglo pasado afectó a la mayoría de los países latinoamericanos, en la década siguiente los países iniciaron o fortalecieron la implementación de una serie de reformas económicas y sociales, en un contexto económico internacional favorable. Si bien la primera parte de los noventa las cosas comenzaron a ir mejor en lo económico, especialmente en términos de crecimiento del PIB, durante la segunda parte de esa década y principios de la de 2000, nuevamente se dio un estancamiento.

Sin embargo, entre los años 2003 y buena parte de 2008, en América Latina se produjo una fase de crecimiento económico fuerte y sostenido, como no se había dado en muchos años. Entre otros resultados favorables de esta fase, destaca la reducción en la incidencia regional de la pobreza: hasta 33% de la población en el año 2008, magnitud bastante inferior al 48,3% de 1990, al 43,8% de 1999 e inclusive al 40,5% de 1980 (CEPAL, 2009). La reducción de la pobreza en los últimos años aconteció a pesar de los efectos adversos que el aumento en los precios del petróleo y los alimentos pudo haber tenido en los países importadores netos de ambos. Sin embargo, el contexto internacional mostró un giro más pronunciado por la crisis económica mundial a partir de la segunda mitad del año 2008, que obligó a los gobiernos de los países de la región a modificar su política económica y social para hacer frente a los embates externos. En muchos casos, desafortunadamente, los gobiernos de los países afectados no han tenido suficientes opciones de política a su disposición para mitigar con efectividad los impactos ocasionados por la volatilidad en los mercados mundiales en tiempos de crisis.

En ese contexto, un estudio regional como el presente cobra especial importancia, al tener como objetivo principal, precisamente, mejorar la comprensión de la relación entre la ocurrencia de choques externos adversos y la definición e implementación de políticas económicas y de protección social, para contribuir al diseño de políticas públicas más efectivas para reducir la pobreza y evitar retrocesos en términos del desarrollo humano.

El estudio parte de que las inadecuadas políticas macroeconómicas y los choques externos han conducido a altas tasas de inflación, inestabilidad del tipo de cambio y altos déficit fiscales en los países estudiados. Tal desequilibrio macroeconómico, a su vez, ha causado tasas de interés fluctuantes en algunos países, todo lo cual ha afectado desfavorablemente la economía real. De la misma manera, el financiamiento de los déficit fiscales ha presionado al alza las tasas de interés, afectando la inversión del sector privado. Pero, al mismo tiempo, esto ha implicado reducciones significativas del gasto público, lo cual ha limitado las posibilidades de un crecimiento económico estable, lo que ha resultado en bajas e inestables tasas de crecimiento económico.

Asimismo, estas bajas e inestables tasas de crecimiento económico se han traducido en aumentos en las tasas de desempleo abierto en algunas oportunidades, pero también en la proliferación de empleos de baja productividad o informales, agropecuarios y no agropecuarios, usualmente autogenerados, y sumamente precarios. Aunado a lo anterior, la ausencia de sistemas de protección social que apoyen el ingreso de las familias ante estos eventos ha provocado que muchos hogares que no se encontraban en situación de pobreza (por insuficiencia de ingresos/consumo) hayan caído en esta situación, y, por otra parte, que aquellos hogares en situación de pobreza permanezcan en ella, e incluso con un panorama peor.

Es importante destacar que el marco analítico básico seguido en el presente estudio es similar al utilizado en algunos previos, que suponen que el mercado de trabajo constituye el principal mecanismo de transmisión entre los precios relativos y el nivel y la distribución del ingreso de los hogares y la pobreza. Como señala Sánchez (2005: 25): los precios relativos son afectados por políticas en el ámbito comercial, cambiario y fiscal, pero también por factores externos como los términos del intercambio (precios mundiales), e incluso los flujos de capital y las remesas cuando prevalece un tipo de cambio flexible. Se supone que la distribución de los ingresos factoriales no laborales (rentas, ganancias,entre otros) no altera el ingreso de los hogares pobres, como sí lo hace el mercado laboral. La dotación de capital y recursos naturales es relativamente baja en la mayoría de los hogares, y prácticamente inexistente en los pobres.

Sin embargo, a ese marco analítico básico se debe agregar, para efectos del presente, el papel de los sistemas de protección social, que vienen a afectar
los ingresos de los hogares ante la concreción de las diferentes vulnerabilidades consideradas, incidiendo en la desigualdad y la pobreza.
Retomando la línea de causalidad, cabe destacar que las reducciones en el gasto público, principalmente cuando se sigue un patrón procíclico con respecto al de la producción, han afectado en el mismo sentido el gasto público social. Esto repercute en que se reducen los posibles impactos favorables de algunos programas sociales, y perdura –o incluso se amplía–la exclusión de determinados grupos poblacionales o sectores. Estas carencias afectan a la población más vulnerable de manera más seria cuando acontecen eventos externos de naturaleza desfavorable. Aunque no son factores económicos, en el marco de la vulnerabilidad y la respuesta de la protección social arriba presentado, se deben considerar también la enfermedad y la vejez, que inciden sobre los ingresos de los hogares y, por lo tanto, sobre su situación de pobreza.

CEPAL.FLACSO.UN-DESA Coordinadores: Marco V. Sánchez y Pablo Sauma. Diciembre 2011.Libros de la CEPAL Nº 113.508 pp

Vulnerabilidad económica externa, protección social y pobreza en América Latina
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